Actualmente, se conocen más de 3.000 especies de piojos. [1] Todas ellas afectan tanto a mamíferos como a aves pero sólo tres de ellas parasitan al ser humano. Estas pueden distinguirse en función de la zona del cuerpo en la que se alojen y, aunque los más conocidos son los piojos de la cabeza, existen otros tipos.
Pediculosis en humanos
Los piojos de los humanos son un tipo de ectoparásito que se encuentra en todo el mundo y del que podemos encontrar diferentes tipos:
- Pediculus humanus capitis (piojo de la cabeza).
- Pediculus humanus corporis (piojo del cuerpo).
- Pthirus pubis (ladilla o piojo del pubis).
De media, su vida suele oscilar entre los 30 y 40 días y aunque a nivel morfológico pueden parecer muy similares, presentan características diferentes en cuanto a tamaño y apariencia.
En todos los casos se reproducen a través de huevos, conocidos como liendres, y se alimentan de sangre humana. Algo ya de por sí molesto y que puede tener consecuencias para la salud, derivadas del rascado por el picor producido cuando el parásito succiona la sangre.
En concreto, se puede producir desde dermatitis, hasta infecciones bacterianas secundarias en las lesiones producidas. [2]
¿Cómo se produce la infestación por piojos en humanos?
El contacto directo suele ser la principal forma de contagio.
A diferencia de la mayoría de los insectos, normalmente los piojos permanecen toda su vida sobre un hospedador. De ahí que el contacto entre personas sea la vía más habitual de propagación.
No obstante, también se puede producir un contagio a través del uso compartido de elementos personales como gorros, bufandas, peines, ropa de cama, toallas, auriculares…
Los piojos de la cabeza, los más temidos
Algunas personas presentan un temor irracional a verse parasitadas por piojos. Una verdadera fobia que desencadena en una aversión exacerbada a estos pequeños parásitos.
Aunque este trastorno no sea habitual, sí suele serlo que los piojos despierten cierto temor o recelo, sobre todo los piojos de la cabeza, quizá por ser los más conocidos.
El estigma social y la leyenda negra que los rodea provocan que la inmensa mayoría de las personas tengan miedo a contagiarse.
Para evitarlo, es posible tomar ciertas medidas de precaución como no compartir elementos personales, llevar el cabello recogido, revisar regularmente la cabeza.
En caso contagio, será importante actuar cuanto antes y aplicar un tratamiento adecuado que garantice una elevada eficacia en la eliminación de piojos y liendres con una única aplicación.
Para ello existen soluciones integrales que además permiten mantener la protección natural de la piel y el cabello a través de lociones de acción física como las que contienen miristato de isopropilo.
Tras la aplicación del tratamiento, existen productos que facilitan su retirada y favorecen la protección diaria como los champús con árbol de té orgánico y aminoácidos de avena y los sprays protectores de triple acción que protegen, hidratan y desenredan el cabello gracias a ingredientes como el pantenol.
Testados bajo control dermatológico y pediátrico, estos productos se encuentran disponibles en las farmacias donde podrán aconsejarte sobre su uso.
Bibliografía
- Adela-Emilia Gómez Ayala. Pediculosis. Combate permanente. Elsevier. [Internet] 2009 [Consultado el 01/02/2024] Disponible en: https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-pediculosis-combate-permanente–13141334
- Despídete de los piojos. Portal del Salud de la Consejería de Salud del Govern Illes Balears. [Internet] 2024 [Consultado el 11/01/2024] Disponible en: https://www.caib.es/sites/salut/es/pediculosi-36261/